El producto interno bruto (PIB) per cápita de El Salvador se expandirá un 0.51 % anual en los próximos 25 años por el aprovechamiento del bono demográfico, según una nota poblacional que examina el impacto económico del envejecimiento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

El documento ofrece un examen del posible impacto del envejecimiento en el PIB entre 2025 y 2050 a partir de una aproximación de la productividad laboral, la tasa de personas ocupadas en edad de trabajar y la proporción de población en edad de trabajar respecto a la población total.

A partir de esa ecuación, la investigación señala que el impacto dependerá de la fase de envejecimiento en la que se encuentre cada país.

Los países de la región experimentan una etapa de bono demográfico, en la cual aumenta la proporción de personas trabajadoras que generan ingresos. Sin embargo, se acompaña después de un crecimiento de la población dependiente de cuidados.

Para El Salvador, se anticipa una expansión del 0.51 % del PIB per cápita entre 2025 y 2050, la segunda tasa más importante en la región y solo superada por Guatemala con un 0.73 %. Le sigue Honduras, de un 0.49 %.

Sin embargo, no todas las economías experimentarán una expansión. Para Brasil se anticipa una caída de un 0.24 %, así como un 0.11 % en Chile y un 0.02 % en Costa Rica.

Gráfica publicada en la nota de la CEPAL, titulada Impactos económicos del envejecimiento en América Latina y el Caribe. 

Además, estima que en El Salvador el bono demográfico durará 66 años.

 

Economía plateada

El documento, que es parte de la Serie Población y Desarrollo de CEPAL, explica que la productividad es un factor determinante del crecimiento a largo plazo, ya que en los países con un impacto negativo del envejecimiento poblacional se puede compensar mediante ganancias de productividad y con un incremento en la participación laboral de mujeres.

“Incluso con un aumento sostenido de la productividad laboral, el ingreso per cápita podría crecer menos de lo esperado si los otros factores (la tasa de ocupación y la tasa de participación laboral) evolucionan desfavorablemente. Por lo tanto, es preciso entender cómo el envejecimiento poblacional, los cambios en la composición de habilidades de la fuerza laboral y la inversión en tecnologías se vinculan y potencian la productividad”, indica el reporte.

El estudio hace hincapié en que el envejecimiento no debería verse como algo negativo, ya que plantea oportunidades para desarrollar una “economía plateada” con sectores ganadores, en particular salud, cuidados, finanzas, industria farmacéutica, tecnologías digitales, turismo, educación, recreación y vivienda.

No obstante, advierte que la población latinoamericana envejece en un contexto de alta informalidad laboral y baja cobertura de servicios básicos, lo que supone presiones en las cuentas fiscales.

El impacto negativo podría contrarrestarse parcialmente por el uso productivo de los ahorros de la población que envejece, cuya longevidad crece a medida gozan de buena salud. De esa manera, los economistas plantean que existe un segundo bono demográfico, que ofrece a los países una oportunidad de crecimiento sostenido.