Hacia las 14H00 GMT (8:00 a.m. de El Salvador), la onza del metal amarillo subía un 1.24 %, a $2,487.50, tras haber alcanzado un máximo histórico de $2,500.16. El récord anterior databa de mediados de julio.
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Su precio se vio impulsado por la publicación de datos que muestran el escaso dinamismo del sector de la construcción de viviendas nuevas en Estados Unidos en julio, una nueva señal negativa para la economía de este país.
Ante los temores de recesión en la primera economía mundial, los mercados reforzaron sus expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal estadounidense (Fed).
"La fuerte caída de los rendimientos de los bonos" y del dólar, "en el contexto de las expectativas de recortes de tasas por parte de la Fed, está beneficiando a los activos con rendimientos nulos o bajos", como el oro, explica Fawad Razaqzada, analista de City Index.
Además, el oro sigue "demandado como 'valor refugio' en un contexto geopolítico tenso", señala Carsten Fritsch, analista de Commerzbank.
En Oriente Medio, la comunidad internacional intensifica los esfuerzos diplomáticos para lograr una tregua en la Franja de Gaza tras diez meses de guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás.
Las conversaciones también pretenden evitar un conflicto regional tras las amenazas contra Israel de Irán, que juró vengar al líder de Hamás, Ismail Haniyeh, asesinado en un ataque el 31 de julio en Teherán imputado al Estado hebreo.