“La razón es fundamentalmente porque hay una deflación de precios a nivel mundial”, señaló el economista en la entrevista de Frente a Frente, de Telecorporación Salvadoreña (TCS).
El Banco Central de Reserva (BCR) reportó que noviembre cerró con una deflación interanual de -0.31 %, por segundo mes consecutivo, la cual atribuyó al “fortalecimiento de agromercados, la apertura de la central de abastos y el combate a la especulación de precios y el acaparamiento de productos”.
“En la región, la inflación ha estado cayendo y en parte es, a pesar de que el conflicto en Medio Oriente se intensificó, ahora el mundo depende menos del petróleo de las naciones árabes y el mayor exportador mundial de petróleo y gas es Estados Unidos. Entonces se ha podido contener el precio del petróleo porque hay una mayor oferta. Pero, además de eso, China ha estado perdiendo fuerza y la demanda de petróleo ha bajado”, sostuvo el economista.
De los 12 sectores que conforman el Índice de Precios al Consumidor (IPC), alimentos y bebidas experimentó una deflación de -0.70 % en noviembre, una tasa más pronunciada en comparación con el -0.34 % reportado en octubre. Según el BCR, la contracción responde a menores precios en aguacate, güisquil, zanahoria, chile verde, sandía y papa.
Perspectiva a la baja
A diferencia de la inflación, cuando hay un aumento en el costo de la vida, la deflación significa que hay una caída generalizada en los precios.La economía mundial se enfrenta desde 2021 a una crisis inflacionaria generada por las distorsiones en las cadenas logísticas y después se sumó la invasión rusa en Ucrania, en febrero de 2022, que provocó que el petróleo rompiera récords, así como los cereales.
Después de tres años de que los precios acapararon la atención, el Fondo Monetario Internacional (FMI) señaló en el octubre pasado que “parece que la batalla mundial contra la inflación está prácticamente ganada” y calificó de “logro considerable” el descenso sin caer en una recesión mundial, mientras el mundo se encamina a una reducción considerable de precios para 2025.
“Lo que estamos viendo son los primeros indicios de esa deflación en el rubro de alimentos”, señaló Choussy.
El economista recordó que El Salvador depende más de las importaciones de alimentos por la eliminación de aranceles, una medida implementada por el gobierno desde mediados de 2022 ante la escalada inflacionaria y las pérdidas agrícolas.
“Si el precio de los alimentos en el mercado mundial se viene para abajo, los precios de los alimentos en El Salvador deberían de caer”, añadió.
Aunque la población salvadoreña confirma que las hortalizas y frutas se adquieren más baratos en los agromercados, los agricultores han criticado los valores subsidiados y que son productos importados.
Según cálculos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), revelados en 2022, El Salvador importa el 80 % de los alimentos que consume la población salvadoreña. Los principales proveedores son Guatemala y Honduras.