El Banco Mundial elevó ligeramente este martes la proyección de crecimiento del producto interno bruto (PIB) de El Salvador a 2.5 % en 2025, según su actualización de las perspectivas mundiales.

Esta proyección es tres décimas superiores a la proyección de 2.2 % que había anticipado anteriormente. A pesar de la mejora, El Salvador se mantiene en la zaga en la Centroamérica con el crecimiento más bajo.

De acuerdo con el informe, Panamá y Guatemala serán las economías centroamericanas de mayor crecimiento, con una perspectiva de 3.9 %, respectivamente para 2025. Además, significó una mejora, ya que junio pasado el Banco Mundial había previsto una tasa de 3.5 % para ambos países.

Para Costa Rica anticipa un 3.6 %, ligeramente superior al 3.5 % anticipado previamente. En tanto, Honduras crecería un 3.5 %, superior frente al 2.8 % pasado. Solo a Nicaragua le aplicó una reducción al pasar de un 3.4 % a un 3.1 % sus pronósticos.

Oficialmente, el Banco Central de Reserva (BCR) difunde las perspectivas de crecimiento, pero a la fecha no ha hecho público los escenarios de 2025 después de que las proyecciones de 2024 quedaron por debajo de lo anticipado.

A finales de septiembre, el BCR actualizó que el PIB creció un 4.1 % en el segundo trimestre, su mejor desempeño desde el último trimestre de 2023 (4.6 %). En un comunicado, el Banco Central explicó que este desempeño por el fuerte repunte de la industria de la construcción, que se expandió un 33.9 %, así como las actividades financieras y de seguros un 7.6 % y transporte un 7 %.

Para América Latina y el Caribe, el Banco Mundial advierte que el crecimiento será de un 2.3 %, por arriba del 2.2 % de 2024.

“Esto refleja, en parte, un entorno externo que ofrece un apoyo limitado, caracterizado por un enfriamiento de la economía mundial, la caída de los precios de las materias primas y una mayor incertidumbre”, indicó en el informe.

El multilateral con sede en Washington indicó que el lento crecimiento de América Latina no se explica solo por la pandemia de covid-19 ni el estancamiento de los precios de las materias primas, pues al caldo de problemas se suma la incapacidad de aprovechar los avances tecnológicos.

El Banco Mundial sostiene que las autoridades monetarias de la región siguen intentando controlar la inflación, pero la “última milla está demostrando ser más larga y difícil de lo esperado”.