El directorio ejecutivo del Banco Mundial aprobó este viernes un préstamo de $350 millones para sostenibilidad fiscal y resiliencia ante desastres climáticos.

El Banco Mundial detalló que la operación incluye una serie de hasta $100 millones, con opción de desembolso diferido ante una catástrofe por desastre natural o de salud que se puede activar tras una declaratoria oficial de emergencia por parte del gobierno.

Jerson Posada, ministro de Hacienda, aseguró que El Salvador ha dado pasos “firmes” para estabilizar la economía y fortalecer las finanzas públicas, que mejoren la imagen y la confianza en el mercado.

“Este financiamiento respalda nuestro compromiso con una gestión fiscal responsable, al igual que con la protección de la población ante los crecientes riesgos climáticos. Además, se alinea con los objetivos de gobierno, promoviendo una estabilidad macroeconómica que favorezca la creación de empleos productivos”, sostuvo.

 

Finanzas públicas

Uno de los pilares del programa se basa en la sostenibilidad fiscal a través del cual el Banco Mundial apoyará al gobierno en el análisis de medidas para racionalizar la masa salarial pública y modernizar el marco regulatorio del servicio civil.

Este es uno de los objetivos perseguidos con el programa de asistencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo programa establece que la reforma integral del servicio civil se debe publicar en septiembre próximo y se presentará para su aprobación en 2026.

“Nuestro compromiso es apoyar la sostenibilidad fiscal, a través de una gestión pública más eficiente, y la atracción de inversión privada para generar empleos de calidad y servicios más efectivos”, añadió Carine Clert, gerente de país del Banco Mundial para El Salvador y Costa Rica.

Además, respaldará acciones para aumentar la eficiencia de la inversión pública y atraer fondos privados para infraestructura mediante las asociaciones público-privadas o de economía mixta.

La segunda línea de trabajo del préstamo contempla medidas para que el país esté mejor preparado ante emergencias climáticas. Este pilar incluye una planificación metropolitana resiliente en San Salvador que beneficiará a 200,000 personas con espacios verdes que mitigan el calor extremo e inundaciones.