La presencia de una delegación del FMLN en la toma de posesión del gobernante venezolano, Nicolás Maduro, tras el descarado fraude electoral de julio pasado, nos muestra la doble moral del partido de izquierda que suele reclamar por supuestos derechos perdidos en El Salvador mientras respalda dictaduras oprobiosas como las de Venezuela y Nicaragua.



No hay comportamiento más fascistoide en América Latina que los que tienen las dictaduras de Nicolás Maduro y Daniel Ortega, pero en ambos casos, el FMLN los respalda abiertamente y defiende cómo han destruido la democracia en ambos países, violado derechos humanos y acabado con las libertades públicas e individuales.

El FMLN perdió toda credibilidad en su década como gobierno, dejó de ser una opción electoral y en la última elección no consiguió ni un solo diputado ni alcalde debido a sus pésimos resultados en el Ejecutivo y a su peor papel como oposición.



Seguir apoyando a las dictaduras de Cuba, Venezuela o Nicaragua solo se justifica como un agradecimiento del financiamiento recibido de parte de esos gobernantes y del refugio que le han dado a los expresidentes Funes y Sánchez Cerén, así como a otros tantos exfuncionarios perseguidos por sus actos de corrupción.

La izquierda salvadoreña seguirá languideciendo mientras siga empeñada en alinearse con esos regímenes oprobiosos que nunca dejaron nada bueno a sus pueblos y por supuesto, tampoco a El Salvador.